¿Quiénes son los Comechingones?
Índice
Los Comechingones, también conocidos por su autodenominación ancestral henîa-kâmîare, constituyen una de las etnias originarias más destacadas de la actual República Argentina, especialmente en la región de las Sierras Pampeanas. Antes de la llegada de los conquistadores españoles, este pueblo se encontraba dividido en dos grandes grupos geográficos y lingüísticos:
- Los henîa, al norte,
- y los kâmîare, al sur.
Hoy en día, su territorio ancestral abarca gran parte de las provincias de Córdoba y San Luis, aunque su influencia cultural se extiende mucho más allá.
Población actual y distribución
A pesar de los siglos de colonización, desplazamiento y mestizaje, el legado Comechingón sigue vivo. Según datos del Censo Nacional de 2010, alrededor de 34.500 personas en Argentina se autoidentifican como descendientes directos del pueblo comechingón.
La mayoría reside en la provincia de Córdoba, en departamentos como:
- Río Cuarto
- General San Martín
- Juárez Celman
- Capital
- Cruz del Eje
- Punilla
También hay comunidades en otras provincias como San Luis, Santa Fe, Mendoza, La Rioja, Chubut, San Juan, e incluso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Comunidades reconocidas
El resurgimiento identitario ha permitido que numerosas comunidades sean oficialmente reconocidas con personería jurídica. Entre ellas destacan:
Ckatacuna, Ctalomuchita, Hijos del Sol, Quisquisacate, Tacu Kuntur, Tulián, Macat Henen, Ticas, Arabela, Toco‐Toco, Casimira, Nueve Lunas, Ochonga, Lu‐San, Paravachasca, Chavascate, Timoteo Reyna, Sikiman y Lacza Henen, entre otras.
Estas comunidades trabajan activamente por el reconocimiento de su identidad, la preservación del territorio, las prácticas culturales ancestrales y la visibilización de su historia silenciada.
¿Qué significa “Comechingón”?
El origen del nombre Comechingón ha sido objeto de debate entre investigadores, lingüistas y miembros del propio pueblo. Existen varias interpretaciones:
- Para muchos miembros de la comunidad, puede traducirse como “amigos de la tierra”, una forma de reivindicar su vínculo ancestral con el territorio.
- Algunos lingüistas lo relacionan con el término compuesto “Camichingón”, que significaría “serranías con muchos pueblos”.
- Desde una perspectiva etnohistórica, se cree que proviene del idioma salavirón, donde kamichingan se traduce como “habitante de cuevas”, haciendo referencia a su particular tipo de vivienda semisubterránea.
- Una versión más simbólica plantea que el término habría surgido de un antiguo grito de guerra: ¡Kom-chingôn!, posiblemente interpretado (y deformado) por los conquistadores españoles al escucharlo en combate.
Lo cierto es que el nombre no era propio, sino impuesto desde fuera, y por eso hoy muchas comunidades prefieren usar sus etnónimos originales: henîa y kâmîare.
Línea del Tiempo Histórica del Pueblo Comechingón
Organización Social y Política
La base de la organización social y eje central de las comunidades comechingón es la familia. Cada aldea está formada por unas cuarenta viviendas habitadas por familias extensas de hasta cinco matrimonios de filiación patrilineal y lideradas por el hombre de mayor edad llamado cacique, cargo heredado de su padre.
El cacique es la máxima autoridad en la comunidad, no autoritaria, que cuenta con el apoyo de todos los jefes de familia para mantener el orden de la comuna; además es un guía que conoce bien al grupo y sabe distinguir las necesidades de su pueblo.
Aspectos Culturales más importantes del Pueblo Comechingón

Lengua
Los Comechingones, como se los conoce comúnmente, o más precisamente los Henia-Kamiare, no fueron solo un pueblo guerrero y agricultor adaptado a las sierras del centro de Argentina; fueron también guardianes de un complejo entramado lingüístico que aún hoy resuena en forma de nombres de lugares, apellidos, e incluso en la entonación de los cordobeses actuales.
Su lengua originaria, hoy extinguida o profundamente velada por siglos de dominación cultural, era probablemente un conjunto de variantes lingüísticas regionales. Se reconocen históricamente dos grandes grupos: los Henia, asentados en el norte del actual territorio cordobés, y los Kamiare, en el sur, posiblemente con dialectos diferenciados dentro de un mismo tronco común.
Glosario básico Henia-Kamiare – Español
| 🗣️ Palabra Henia-Kamiare | Significado en español | 📝 Observaciones |
|---|---|---|
| Henen / Henin / Hen | Pueblo | Posible raíz etnónima del grupo Henia |
| Naguan / Acan nave | Cacique / líder | Usado para autoridad local o jefe tribal |
| Butos | Casa | Referido a vivienda semisubterránea |
| Tica | Mojón / señal territorial | Posible función ritual o límite territorial |
| San | Agua / río | Recurrente en topónimos de zonas serranas |
| Chi | Pezón | Referencia corporal |
| Eara | Peñasco | Descripción del entorno geográfico |
| Lemín | Pescado | Vocabulario alimentario |
| Cassan | Fortificación | Podría vincularse con defensas de espino |
| Chaquín | Cerro grande | Término geográfico |
| Chona | Rocoso / con piedras | Usado en referencia a cerros y paisajes |
| Tanti Cucho | Mala semilla | Quizá proverbio o expresión ritual |
| Ancua | Maíz tostado | Alimento tradicional |
| Quisqui | Penca (de tuna o agave) | Vocabulario de recolección |
| Uncu | Camiseta o túnica | También en el mundo andino |
| Cala | Sierra / montaña | Base toponímica (como “Calamuchita”) |
| Uñapa | Anciana / mujer sabia | Ligado a figuras femeninas de respeto |
| Na | Grande | Posible adjetivo de tamaño |
| Cabana | Mirador / punto elevado | Vinculado a lo alto o cerros estratégicos |
| Acan | Guerrero | Puede coincidir con “acan nave” (jefe guerrero) |
| Su | Dulce | Sensación gustativa |
| Alpa | Roca / piedra | Posible préstamo andino (también usado en quechua) |
Notas importantes:
- Muchas de estas palabras aparecen en antiguos registros toponímicos, judiciales y eclesiásticos coloniales (por ejemplo, el nomenclador de Aníbal Montes).
- Algunas tienen raíz común con idiomas vecinos (vilela, quechua, sanavirón), lo que sugiere influencias mutuas o préstamos lingüísticos.
- La fonología exacta y el uso gramatical permanecen desconocidos.
¿Una lengua o muchas?
Crónicas coloniales como las del padre Alonso de Barzana (1594) afirmaban que en la región serrana se hablaban más de ocho o nueve lenguas distintas, aunque es probable que algunas fueran variantes dialectales o incluso nombres externos dados por otros pueblos. Lo que sí es seguro es que la unidad lingüística “comechingona” es una simplificación posterior, útil para los cronistas y administradores coloniales, pero posiblemente inexacta frente a la riqueza lingüística real que existía entre los pueblos de las sierras.
Singularidad fonológica: el legado en la tonada cordobesa
Una de las huellas más curiosas y tangibles que ha perdurado es la que muchos lingüistas identifican como la curva tonal o “cantito cordobés”. Este rasgo, caracterizado por el alargamiento de la sílaba previa al acento tónico, podría tener su origen en la prosodia de las lenguas Henia-Kamiare. Así, una simple palabra española como “tráemelo” pasa de [tráe-me-lo] en el español estándar a [tra-e-me:-ló] en el español cordobés, con una cadencia que recuerda a un eco oral ancestral que ha sobrevivido a pesar de la sustitución idiomática.
Topónimos, etnónimos y fragmentos lingüísticos
Aunque la lengua en su estructura original está prácticamente perdida —debido, en gran parte, a la falta de documentación y a la imposición colonial del castellano y del runa simi (quechua) como lenguas de “comunicación general”—, algunos vocablos han sobrevivido, incrustados en la geografía, la toponimia y la memoria oral. Palabras como butos (casa), naguan (cacique), chaquín (cerro grande), uncu (camiseta), san (agua o río), o tica (mojón) son probablemente fragmentos de ese universo lingüístico silenciado.
Estos términos, aunque aislados, funcionan como fósiles lingüísticos que permiten reconstruir mínimamente la sonoridad de un idioma que fue suprimido por decreto, por evangelización forzada y por los procesos de mestizaje y aculturación que marcaron la colonia.
El impacto del quechua impuesto
A diferencia de lo que muchos suponen, el idioma quechua —o más precisamente el runa simi, variante de prestigio promovida por el Imperio Inca— no era propio de los Comechingones. Fue introducido por los colonizadores españoles como lengua general para facilitar la comunicación con los pueblos originarios del Noroeste, Cuyo y Centro del actual territorio argentino. En Córdoba, el quechua reemplazó rápidamente a las lenguas nativas, dejando una toponimia híbrida y oscureciendo aún más los rastros del habla original de los Henia-Kamiare.
Un rompecabezas sin terminar
Hoy en día, los estudios sobre la lengua comechingona son escasos y fragmentarios. Algunos lingüistas como Antonio Tovar han propuesto cinco posibles dialectos: main, yuya, mundema, kama y umba. Sin embargo, la ausencia de corpus escrito, grabaciones o tradiciones orales continuas impide reconstruir con certeza su gramática, fonología o sintaxis. Lo que sí podemos afirmar es que su desaparición no fue natural: fue el resultado de un proceso de colonización lingüística, social y simbólica.
Economía
Desde sus inicios, la supervivencia de este pueblo indígena se ha basado en el trabajo agrícola, la cría de llamas, la caza, la recolección de frutos silvestres, el hilado, tejido y cerámica.
La principal actividad económica es la agricultura, bastante desarrollada, con buenos sistemas de riego en extensos campos de cultivo de maíz, quinoa, porotos y zapallos. Los excedentes de las cosechas son guardados en silos. En la actualidad, las extensiones de tierra son menores que antes de la conquista española.
Cazaban guanacos, ciervos y liebres principalmente y recolectaban frutos silvestres como la algarroba y el chañar, con lo que hacían bebidas fermentadas.
Respecto a las expresiones artísticas del pueblo comechingón, resaltan: la elaboración de vasijas de cerámica; las hachas, puntas de flecha y limas de piedra pulida; puñales, cuchillos, puntas de flecha alargadas y collares con huesos y chaquiras con conchas para adornar los vestidos.
Creencias

El pueblo adoraba principalmente a los dioses Sol y Luna, a quienes le atribuyen la creación de todo lo que conocen, les dan la luz, el alimento y la protección. Durante la guerra, preferían pelar de noche para que la Luna los ayudara y protegiera. En sus viviendas solían construir un cuarto para tomar baños de vapor, sudar y así purificarse. Los rituales y ceremonias, de origen amazónico, eran celebrados en algunos cerros, manantiales y grutas, que los consideraban sitios sagrados.
Costumbres y Tradiciones
En la antigüedad eran practicantes de la magia y hechicería, en cuyos actos, el Chamán o hechicero utilizaba el polvo del fruto de cebil, aspirado por la nariz, como alucinógeno.
Un ritual muy importante para la etnia es el de iniciación femenina, al llegar la primera menstruación a las jovencitas; con él se daba paso a la adultez de la mujer para procrear y formar un nuevo hogar. También acostumbraban a realizar danzas rituales para festejar un nacimiento, matrimonios, al morir un niño o para atraer la buena suerte en las batallas.
Los familiares al morir eran sepultados en una esquina de la vivienda, en posición fetal y envueltos en cuero.
Vivienda
Las casas de los comechingonas son semisubterráneas, paredes enterradas en el suelo y una techumbre relativamente baja, con pequeñas entradas. Esto ayudaba a mantener el calor y protegerse del viento y la lluvia. En su interior son amplias y en cada una pueden vivir hasta cinco familias. Las aldeas cercadas con defensas de espino agrupaban entre diez y cuarenta.
En la actualidad hay casas con paredes de adobe y piedra y techos de cañizales
Alimentación
Su alimentación se basa principalmente en los productos que cosechan, cazan y recolectan como son el maíz, porotos, zapallos y papas, la algarroba y chañar que crece naturalmente en la región y la carne de ciervos, vizcachas, llamas, zorros, liebres e iguanas. También suelen pescar en los riachuelos utilizando redes fabricadas con fibras naturales.
Vestimenta
La vestimenta de los Comechingones (henîa-kâmîare) era mucho más que una necesidad práctica: constituía una expresión cultural profunda, adaptada a la geografía serrana, al clima de las Sierras Pampeanas y a los roles sociales dentro de la comunidad. Su ropa era elaborada de forma artesanal con fibras naturales y cargada de simbolismo social, ritual y estético.
Materias primas y confección
Los tejidos eran elaborados a partir de la lana de llamas, que hilaban usando morteros de barro y herramientas de hueso o madera. Este trabajo textil se realizaba colectivamente, principalmente por mujeres, y representaba un saber ancestral transmitido por generaciones.
También empleaban cuero de animales para prendas de abrigo o rituales, y fibras vegetales (como chaguar o cortadera) para sandalias, fajas o adornos.
Prendas principales
Uncu o camiseta incaica
La prenda más característica era el uncu, una especie de túnica larga, cerrada por los costados y sin mangas, ajustada a la cintura con una faja. Su tejido apretado en forma de malla la hacía resistente y térmica. Se adornaba con guardas geométricas o bordados en los bordes, mangas, cuello y ruedo. Aunque de influencia andina, fue adaptada a la estética local.
Mantas y chaquetas
Durante los meses fríos, se cubrían con mantas gruesas de lana tejida, muchas veces teñidas con pigmentos naturales extraídos de raíces, minerales o frutos. Los jefes o ancianos solían llevar chaquetas o ponchos más elaborados.
Cubrenuca
Una prenda singular era el cubrenuca, una tira o paño que descendía desde la cabeza hasta los hombros, utilizado para protegerse del sol serrano, el viento o el frío, y que probablemente tenía también un significado ceremonial o jerárquico.
Adornos y tocados
Los adornos personales cumplían una función estética y simbólica.
- Tocados de plumas: Utilizaban diademas con plumas de aves autóctonas, especialmente para ceremonias. En algunos casos, las plumas eran reemplazadas por varillas de cobre martillado, que colgaban como flecos largos hasta la cintura. Estos tocados indicaban rango o participación en rituales.
- Vinchas: Eran la forma más simple de ornamento cefálico. Las usaban tanto hombres como mujeres para sujetar el cabello o como adorno cotidiano.
- Collares, brazaletes y estatuillas de barro: Elaborados con huesos, valvas de moluscos, piedra pulida o arcilla modelada. Algunos colgantes tenían formas humanas o animales, probablemente asociados a espíritus protectores o tótems familiares.
Vestimenta masculina
Los hombres se vestían de manera práctica y simbólica:
- Además del uncu, llevaban fajas y cinturones tejidos o de cuero.
- Portaban un cuchillo de hierro atado a la cintura, adquirido mediante trueque o saqueo tras el contacto con los españoles.
- En los pies, usaban sandalias tejidas con fibras vegetales, adecuadas para los suelos pedregosos de las sierras.
Trajes ceremoniales y jerárquicos
Los caciques, chamanes y guerreros usaban indumentarias especiales:
- Prendas decoradas con pieles de animales (como pumas, zorros o ciervos).
- Adornos exclusivos: plumas más grandes, collares múltiples, pigmentos faciales para rituales o guerra.
- Posiblemente utilizaban máscaras o pinturas corporales en eventos religiosos, batallas o danzas.
Colores y símbolos
Los colores usados eran extraídos de la naturaleza:
- Rojo (óxidos de hierro): vida, sangre, guerra.
- Negro (carbón): muerte, fuerza.
- Blanco (arcilla): pureza, fertilidad.
- Amarillo (minerales y raíces): sol, abundancia.
Estos colores se reflejaban no solo en los tejidos, sino también en pinturas faciales y corporales, asociadas al estado civil, jerarquía o rituales específicos
La vestimenta de los Comechingones era un reflejo claro de su adaptación al medio, su identidad cultural y su estructura social. Cada prenda o adorno tenía un propósito: proteger, distinguir, expresar, conectar con lo sagrado. En su vestuario, como en su lengua y cosmovisión, aún resuena el alma de un pueblo que resistió el olvido.
❓ Preguntas Frecuentes sobre los Comechingones
Eran mayoritariamente sedentarios. Vivían en aldeas estables, con casas semienterradas y cultivos. También realizaban desplazamientos estacionales para recolectar frutos y cazar, pero no eran nómades.
Hablaban lenguas propias: henia y camiare. Aunque se extinguieron, dejaron vocablos y estructuras sonoras que aún influyen, como en la tonada cordobesa. Se impuso el quechua y luego el español tras la conquista.
En las Sierras Pampeanas, en las actuales provincias de Córdoba y San Luis. Sus aldeas estaban cerca de arroyos, manantiales y tierras cultivables.
No era un nombre propio. Podría venir del salavirón kamichingan (“habitante de cuevas”) o del grito de guerra ¡Kom-chingôn! que los españoles confundieron como etnónimo.
En clanes familiares extensos liderados por un cacique heredero. Cada comunidad tenía su territorio delimitado y autonomía, con un sistema cooperativo en tiempos de guerra o rituales.
Vestían túnicas (uncu) de lana, adornadas con bordados. Usaban tocados de plumas o cobre, sandalias de fibra vegetal, y en invierno, mantas y cubrenuca. Los caciques y chamanes tenían ropa de cuero y adornos distintivos.
Cultivaban maíz, porotos, zapallos y quínoa. Recolectaban algarroba, chañar y cazaban guanacos, ciervos, vizcachas. También recolectaban huevos de ñandú y elaboraban bebidas fermentadas.
Sí. Más de 34.000 personas se identifican como descendientes. Viven principalmente en Córdoba y San Luis. Algunas comunidades están reconocidas por el INAI con personería jurídica.






que significa ese dibujo rupestre?
Es un Cacique
Comechingones es mi pueblo
Saludos, María Patricia. Estoy investigando sobre tu pueblo.¿De qué lugar sos?
Hola Mónica también estoy investigando ese tema querés compartir info?