Oaxaca, ciudad famosa por su patrimonio cultural y sus vibrantes tradiciones, acoge un acontecimiento anual que destaca por su singularidad: la Noche de Rábanos. Celebrada cada 23 de diciembre en el corazón de la ciudad, esta tradición consiste en la elaboración artística de rábanos. Pero, ¿de qué se trata y cómo surgió?
Orígenes y contexto histórico:
Índice
Aunque las raíces de esta tradición se remontan al siglo XIX, cabe destacar la importancia de la agricultura y la expresión artística en la historia de Oaxaca. Durante siglos, Oaxaca ha sido conocida por sus fértiles suelos y la diversa gama de cultivos que sustenta. Con el tiempo, los productos agrícolas, como los rábanos, empezaron a tener una doble función: no sólo como sustento, sino como lienzo para el arte.
La Noche de Rábanos es un concurso tradicional que tiene lugar en la Plaza de la Constitución de la ciudad de Oaxaca. A partir de última hora de la tarde, los participantes instalan puestos en los que exponen y venden figuras de rábanos talladas de forma intrincada. Pero no se trata sólo de rábanos; con el tiempo, este evento ha crecido hasta incluir figuras hechas con la flor inmortal y hojas de maíz.
Un festín para el paladar
Oaxaca, antaño conocida como Antequera, presume de una rica historia culinaria con platos para todas las ocasiones. En la Noche de Rábanos, las ensaladas elaboradas con verduras de origen local desempeñan un papel central. Entre los ingredientes más solicitados están los rábanos, elaborados con diversas formas para decorar los platos. Acompañan a deliciosos pescados, como el bacalao importado o las variedades locales condimentadas con hierbas aromáticas y especias. Para terminar la noche con una nota dulce, los lugareños se deleitan con deliciosos postres a base de caramelos, conservas de frutas y especialidades regionales.
Podría interesarte: Los mixes – Pueblo Indígena originario de Oaxaca
Profundizando en la Historia
Las raíces de esta tradición se remontan al antiguo mercado de Nochebuena, donde los vecinos compraban sus ingredientes navideños. Según los datos del investigador Alejandro Méndez Aquino, la primera noche oficial del rábano fue iniciada en 1897 por el entonces alcalde de la ciudad, Francisco Vasconcelos, para promover la agricultura local. Este evento, celebrado inicialmente en el mercado de Nochebuena, creció rápidamente en popularidad, lo que llevó a los organizadores a elegir el céntrico Zócalo como sede del evento.
Arte con rábanos
Curiosamente, el tipo de rábano utilizado en épocas anteriores, el rábano criollo, era el preferido por sus formas extravagantes y su resistencia a la descomposición. Pero con su eventual desaparición, los artesanos tuvieron que adaptarse y emplear técnicas más novedosas con otras variedades de rábano.
Hacer figuras de rábano no es sencillo. La breve vida útil de los rábanos hace que los artesanos trabajen a menudo con plazos muy ajustados, y que familias enteras se reúnan para completar sus piezas.
Desafíos modernos y evolución
La expansión urbana supone un reto para esta tradición, ya que las tierras agrícolas cercanas al río Atoyac se destinan a viviendas. Como respuesta, las autoridades han empezado a distribuir rábanos para preservar esta tradición. Sin embargo, con los cambios llegan las transformaciones en las técnicas, y el encanto original de las figuras naturales de rábanos se está desvaneciendo lentamente.
Sin embargo, la Noche de Rábanos está en constante evolución. Nuevas técnicas, temas y artistas contemporáneos han impulsado la introducción de una “categoría libre”, que permite una mayor libertad creativa.
Podría interesarte: Chontales de Oaxaca
Algo más que rábanos
Aparte de los rábanos, otras partes significativas de la exposición incluyen esculturas religiosas de San Antonino Ocotlán, elaboradas con caña y hojas de plátano, adornadas después con flor inmortal. Otra sección está dedicada a las obras de arte en hoja de maíz, donde la habilidad del artesano brilla a través de figuras intrincadamente talladas.
Una celebración para todos los sentidos
El ambiente festivo del 23 de diciembre vincula la exposición popular al espíritu oaxaqueño de la Navidad. La bulliciosa feria, juegos como el “cotompinto” (una lotería local) y la tradición de romper el plato después de disfrutar de los buñuelos se suman al jolgorio. Los visitantes pueden saborear dulces regionales, refrescantes helados y el renombrado mezcal, todo ello mientras se maravillan con las creaciones de los artesanos.
¿Conoces a los indígenas Triqui? Más info aquí
La Noche de Rábanos de Oaxaca es más que un acontecimiento; es una celebración de la tradición, el arte y el espíritu comunitario. Si alguna vez te encuentras en Oaxaca durante el mes de diciembre, es una visita obligada. Y si quieres conocer más detalles culturales, no dejes de leer otros artículos sobre el rico patrimonio de Oaxaca.
Consejos de viaje para los visitantes
Para quienes deseen experimentar esta tradición de primera mano:
- Mejor época para visitarla: El acontecimiento tiene lugar el 23 de diciembre, pero se recomienda llegar unos días antes para empaparse del ambiente festivo y presenciar las fases de preparación.
- Recomendaciones de alojamiento: Opta por pensiones locales u hoteles boutique en el centro de la ciudad para estar cerca del acto principal en la Plaza de la Constitución.
- Otras Actividades: Aunque las tallas de rábano son la principal atracción, no te pierdas los actos paralelos como la música tradicional, los espectáculos de danza y, por supuesto, los puestos de comida local que ofrecen delicias únicas de la época festiva.
Ampliando la tradición:
En los últimos tiempos se ha producido una evolución en la Noche de Rábanos. Con la adición de obras de arte que utilizan la “flor inmortal” y hojas de maíz, el evento muestra ahora un espectro más amplio de los recursos naturales de Oaxaca. Esta novedad no sólo ofrece una nueva perspectiva a los asistentes habituales, sino que también atrae a nuevos públicos interesados en diferentes formas de arte.
Mas sobre la cultura de México
La Noche de Rábanos es algo más que una exhibición de rábanos tallados. Es un testimonio de la rica historia de Oaxaca, de la resistencia de sus gentes y de su eterna pasión por el arte y la tradición. Tanto si eres un entusiasta del arte, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, este acontecimiento promete una experiencia inolvidable.