En las profundidades del monte, donde el silencio sólo es interrumpido por los cantos de aves y el crujido de ramas, habita un ser enigmático que muchos temen, pero también respetan: El Pombero.
Considerado tanto un protector de la naturaleza como un duende travieso o vengativo, el Pombero es una de las leyendas más vivas y respetadas entre los pueblos de herencia guaraní.
¿Quién es el Pombero?
Índice
El Pombero, también llamado Karai Pyhare (“Señor de la noche” en guaraní), es descrito como un hombre pequeño, robusto y cubierto de vello. Camina descalzo y se desplaza en silencio, lo que le permite aparecer sin ser visto y desaparecer sin dejar rastro.
Sus características más comunes son:
- Bajo de estatura
- Cuerpo cubierto de pelo
- Rostro oscuro y arrugado
- Pies torcidos o patas de animal
- Emite silbidos agudos que se oyen al atardecer o en plena noche
En muchas versiones, se dice que puede volverse invisible, cambiar de forma o incluso embruja a quien lo ofende.
Guardián del monte
Para las comunidades guaraníes, el Pombero no es un simple duende: es un espíritu protector de la naturaleza, del monte y de los animales silvestres. Es el encargado de mantener el equilibrio entre el ser humano y el entorno natural.
Por eso, los cazadores, leñadores y campesinos deben respetarlo, pidiéndole permiso antes de ingresar al monte. Si alguien tala árboles sin necesidad, caza más de lo que necesita o daña animales innecesariamente, puede sufrir su castigo.
Vengativo, pero también protector
El Pombero tiene una doble cara:
- Si se le respeta, puede proteger a la familia, cuidar las cosechas, espantar ladrones o incluso traer suerte.
- Pero si se le ofende o ignora, puede hacer bromas pesadas o incluso atacar:
- Oculta herramientas del campo
- Hace perderse a los caminantes
- Desata tormentas o enfermedades
- Deja a las personas sin habla o confundidas
Una de sus travesuras más temidas es la de embarazar a mujeres que se burlan de él o lo provocan. Este aspecto más oscuro del mito ha servido, en algunos contextos, para explicar embarazos inesperados o “milagrosos” en comunidades rurales.
Ofrecerle respeto: tabaco, miel y caña
Para mantenerse en buenos términos con el Pombero, es común dejarle ofrendas en la entrada del monte o junto a los cultivos:
- Un poco de caña (bebida alcohólica)
- Tabaco
- Miel
- Alguna fruta, como bananas o naranjas
Algunos lo hacen como acto de tradición, otros por verdadero miedo. Pero en ambos casos, se reconoce su presencia como parte del mundo espiritual del monte.
Frases y creencias populares
En Paraguay y el noreste argentino, aún se escuchan frases como:
— “No silbes de noche, que llamás al Pombero.”
— “Dejá algo pa’l Pombero, si no querés que te esconda las cosas.”
— “Si escuchás un silbido al revés… es él.”
Estas expresiones son parte del lenguaje cotidiano, sobre todo en zonas rurales.
Función cultural
Más allá del mito, el Pombero cumple varias funciones culturales:
- Preservación del respeto hacia la naturaleza
- Control social (ej. advertencia para niños o adolescentes)
- Explicación de fenómenos inexplicables (pérdidas, enfermedades, embarazos)
- Identidad guaraní viva, como parte del patrimonio oral
Presencia en la cultura popular
El Pombero aparece en:
- Cuentos y leyendas orales
- Canciones populares
- Festivales culturales (especialmente en Paraguay)
- Historietas, películas y novelas
- Turismo temático (rutas del Pombero, senderos del monte)
Incluso hay estatuas o altares dedicados al Pombero, donde la gente deja ofrendas o hace peticiones.
Conclusión
El Pombero es mucho más que una figura del miedo o un duende bromista. Es un símbolo poderoso del vínculo espiritual entre los pueblos originarios y la tierra que habitan. En él conviven lo salvaje y lo sagrado, lo travieso y lo protector.
Y aunque quizás nunca lo veas, si caminas por el monte al caer la tarde y escuchas un silbido agudo sin origen claro… no te rías. Mejor deja una ofrenda y sigue tu camino en paz.